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En mi calendario ya tengo marcados los días que van sin tenerte a mi lado...
Y en mi piel tengo marcados tus labios...

9 feb 2011

Deseos

Nunca sabes cuando un deseo puede hacerse realidad. No puedes creer que se cumplirá hoy, mañana, en una semana, en un mes, en un año… sólo confías en que tal vez algún día ocurra.

Deseas muchas cosas. Deseas cosas como aquel Audi A4 que viste el otro día paseando por ahí, o ese piso que está en venta en el centro que incluso te pasaste a ojear; deseas cosas como un simple aprobado en aquel examen imposible o que no te dejen hasta arriba de papeles en el curro; deseas un día para descansar y olvidarte de todo y de todos… deseas desde las cosas más banales hasta las más simples. Por pedir, que no quede ¿no?

Deseos: ¿cuántas veces los pedimos? ¿Cuáles importan de verdad? Y la pregunta más importante: ¿de verdad crees en tus deseos? Porque puedes desear mil cosas, sí. Pero si no crees en ellos de nada sirve ilusionarse, de nada sirve pedirlos.



¿Qué si creo en mis deseos? Bueno, es una pregunta bastante personal… pero supongo que sí, creo que sí. Creo en mis deseos: no en todos, no desde siempre. Porque no soy una persona a la que le guste ilusionarse o que sea optimista y me cuesta creer en esas cosas… pero las cosas pueden cambiar, un poco, pero pueden cambiar. Y eso ha pasado, las cosas han cambiado. Cambiaron un 28 de enero de 2011 sobre las 14:10 ¿Por qué? Pues es simple… cuando estás esperando a tu equipaje en un aeropuerto, despreocupado/a de lo que sucede alrededor y de repente te percatas de que hay alguien sonriéndote con una sonrisa que es perfecta, observándote con esos ojos tan llenos de… esperanza… cuando te das cuenta de que estás abrazando a esa persona que has deseado durante 200 noches, cuando pasa eso y siempre has creído que sólo pasaba en las películas más cursis y tontas de todo tu repertorio, yo creo que puedes empezar a creer que las cosas así sólo pasan una vez en la vida. Porque por desear, puedes desear mil cosas… pero a veces, tiene que ocurrirte la más imposible de todas para que empieces a creer que tus deseos pueden hacerse realidad. Y entonces, ¿por qué no? ¡PIDAMOS LO IMPOSIBLE!

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