Me gusta que me pidas fuego con una sonrisa en los labios cada vez que nos vemos. Tú y tu peculiar manera de aparecer de repente.
Me gusta la forma en la que haces que las cosas parezcan fáciles a veces. Porque cuando estás conmigo, me siento menos frágil, menos rota, más fuerte.
Me gusta que tus manos aprieten fuerte las mías por la madrugada cuando ya no quedan palabras porque cuando lo haces, dejas de parecerme un sueño, empiezas a ser real y duele un poco menos.
Me gusta cuando haces que te abrace para dormir porque luego dejo de tener pesadillas, puedo dormir tranquila. Que si te abrazo, ya no hay más miedos.
Me gusta verte cuando duermes. Tu dulce forma de desplegar todo ese mundo desconocido me... ilusiona.