Odio que te vayas sin decir nada. Y tal vez seas tú la que no lea este mensaje. Sabes que nunca voy a poder no querer saber nada de ti, sabes que nunca podría... Te lo he dicho ya una vez: tú me haces feliz. Sólo me rompes cuando me dices que no somos nada. Te quiero y nunca he dejado ni dejaré de hacerlo mientras siga creyendo que lo nuestro es posible. Sé a la perfección que hay mucha distancia, que es difícil querer a alguien así, pero de momento no podemos hacer nada por remediarlo... Sabes que esto no ha acabado, nunca ha acabado.
Tal vez sea verdad y te han hecho mucho daño, pero yo estoy aquí, y a lo mejor he llegado a tu vida para demostrarte que tienes a alguien en quien confiar, alguien que intentará comprenderte, alguien con quien compartir todo eso que sientes.
¿Recuerdas cuando hablábamos por teléfono hasta las tantas? ¿Recuerdas el día en que te dije que no era una buena persona? Te confesé que no era una buena persona porque siempre he sido una egoísta que sólo pensaba en mí, antes me conformaba con un rollo esporádico con cualquiera y me emborrachaba y me ponía hasta el culo de todo porque no me gustaba mi vida, porque me importaba una mierda lo que me pasara a mí; pero cuando te conocí y me di cuenta de lo que estaba empezando a sentir por ti quise cambiar, quise ser mejor persona por ti, quise ser la persona que tú te merecías encontrar al menos en un instante de tu vida, porque la vida es eso: instantes... y yo quería compartir un instante contigo, al menos uno y demostrarte que a lo mejor me acerco a esa persona que estás esperando que llegue a tu vida...
Te quiero así, con tus ataques de locura y bipolaridad... te quiero así, cuando me mandas mensajes con corazones al final... te quiero así como eres... Obviamente siempre recordaré que te he pedido que te cases conmigo, y no sé cómo pero algún día te casarás conmigo...
Pero de eso hace ya mucho tiempo... hoy no, hoy no quiero quererte.
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