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En mi calendario ya tengo marcados los días que van sin tenerte a mi lado...
Y en mi piel tengo marcados tus labios...

29 jun 2011

Esa Mierda Que Llamamos Amor

UN DÍA NORMAL Y CORRIENTE

4 de junio de 2010. De aquel día recuerdo que ya no fui a clase, me acercaba a la academia porque me resultaba más cómodo moverme por Móstoles que tener que ir hasta Madrid para atender en las clases de repaso para la PAU, a fin de cuentas, me presentaría con suerte en la convocatoria de septiembre si aprobaba Matemáticas y Física.
Recogí del cole a mi hermano, comimos en casa y me puse a leer La ladrona de libros. Luego me llamo mi ex novia/rollo/amiga para irnos a tomar algo a Xanadú. Con ella tenía una relación especial, porque aunque habíamos roto, de momento todavía sentíamos algo… costumbre, cariño, llamadlo como queráis, pero había algo que nos impedía alejarnos. Hacía bastante calor ya, por lo que la espera del autobús en pleno sol era eterna.
A Cristina, que así era como se llamaba mi ex, le gustaba decirme «Vámonos a tomar algo al Starbucks» y usaba eso para llevarme por las tiendas que más le gustaban, vamos que me llevaba de compras antes de tomarnos algo. Esa tarde sólo quiso mirar, así que no tardamos demasiado en llegar al Starbucks. Ella se pidió un Iced Mocca y yo un Mocca Frappuccino; nos sentamos en los sofás que hay frente a la pista de nieve para ver cómo la gente se caía a ratos, nos divertía ver los mamporros que alguno se daba.
Con Cris siempre podía hablar de todo y eso era algo que me gustaba porque casi nunca tuve secretos con ella, es decir, si en ese momento había alguien que se sabía hasta el último de mis gestos, esa era Cristina. Apoyó su cabeza en mis piernas, dejó el Iced Mocca en el suelo y empezó a hablarme de lo que quería hacer con su vida y de pronto, nos inundó un silencio tan grande como las Cuatro Torres Business Area de Madrid. Hasta que ella misma lo rompió con su risa y diciendo:
   ¿Cuánto tiempo más vas a estar así conmigo?
   No lo sé, ¿no estás bien así?
   No es eso Shey… sólo digo que lo dejamos hace más de un mes y aún seguimos viéndonos.
   Cris, por favor… — odiaba que me intentara convencer de que volviéramos — lo hemos hablado mil veces…
   Está bien… en fin, ¿nos vamos ya?
Supongo que la quería y que tal vez debí pedirle en muchas ocasiones que volviéramos, pero no fue así nunca después de que lo dejáramos en abril. Antes de despedirnos la besé, la besé como solía hacerlo cuando aún existía entre nosotras esa chispa que hacía que todo lo demás funcionara. (Creo que)Me quería, podía verlo en sus ojos… lo que pasaba es que para mí, todo había terminado. Para mí, había alguien más; no se lo dije nunca a Cris, pero había conocido a alguien y deseaba intentar algo, pero el destino quiso que no pasara nada importante entre esa persona y yo. Ya había decidido la noche anterior que iba a mandar al cuerno todo lo que pude sentir por esa otra persona y el salir con Cris esa tarde me había sentado bien. Esa tarde con ella decidí no volver a pensar en el amor y esos cuentos chinos en los que nos vemos siempre enredados.
Llegué a casa y lo primero que hice fue sacarme un yogurt del frigorífico. Me puse el pijama, me cercioré de que mi hermano, José Jesús, dormía ya y encendí el ordenador. Me comí el yogurt mientras hablaba con unas amigas de cómo llevaban los nervios ante la temida PAU, y es que casi todos los que llegaron a aprobar 2º de Bachillerato en mayo se sentían un poco intimidados por esos cuatro exámenes obligatorios que harían que su vida tomara un rumbo u otro. Yo no puedo opinar gran cosa porque no soy del tipo de personas que se estresan ante los exámenes, siempre suelo mantener la calma.
   ¿Te apetece ir el domingo al cine?— le dije a Cris que estaba, como siempre, No disponible en el MSN
   Si es contigo, sí
   Qué idiota eres… ¿Qué peli quieres ver?
   The last song.
   Entonces me llevaré un paquete de pañuelos exclusivamente para ti.
   ¿Quién es la idiota ahora?— ella y sus ironías…
   Te quiero… — pequeño fallo por mi parte al decirle eso.
   ¿En serio?
   Sí…
   Yo a ti también
No sé por qué, pero esa noche además me dio por meterme en un chat. No recuerdo muy bien que nick me puse, me he olvidado de ese pequeño detalle, pero creo que era algo así como rck92. Y tras encontrarme con cinco o seis salidos, creo que alguien me habló o le hablé yo. Creo que nos caímos bien y por eso pasamos al MSN. La verdad es que no me lo pasaba tan bien desde hacía montón de tiempo… Lo sé, hasta ahora no he dicho nada interesante. Pero, a decir verdad, lo más importante de aquel día que empezó como cualquier otro día normal y corriente en mi vida, es que apareció ese alguien en un chat, que apareció ella: se llamaba Carmen, para los amigos Carmi; tenía dieciséis años entonces y vivía en Santa Cruz de Tenerife.

Nunca sabemos cuándo un día es importante hasta que, pasado un tiempo, echamos la vista atrás y nos damos cuenta de que por insignificante que pareciese en un primer instante, al final ese suceso normal y corriente en nuestra vida, hace que el resto de cosas desde entonces en adelante tengan sentido, al final eso inesperado que nos ocurre, nos cambia la vida… muy de vez en cuando. Y esto fue lo que me pasó a mí: después de decidir pasar del amor, sin darme cuenta apareció Carmi en un chat. El caprichoso destino quiso que ese día, 4 de junio de 2010, yo me conectara en ese chat, que ella también lo hiciera y que entre, creo que, más de 200 personas online en ese mismo momento, alguna de las dos empezara a hablar con la otra. Es curioso como a partir de una simple casualidad, yo acabe aquí escribiendo acerca de ello y recordándola a ella una vez más.

Quién me iba a decir a mí que aquel día,  mi vida iba a cambiar para siempre…

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